Es una técnica de teñido por reserva que se originó en Indonesia hace unos 2000 años. Consiste en aplicar cera a ciertas zonas de la tela dibujando de tal  forma que no permita que el tinte penetre durante los baños de tintura. Es una técnica de teñido muy laboriosa, por lo que antiguamente estaba considerada como una labor reservada a las mujeres de la aristocracia que podían permitirse pasar semanas y meses trabajando en la creación de una nueva pieza de Batik.

Los tejidos de fibras naturales como el algodón y la seda son los más apropiados para el batik porque absorben mejor el tinte. Los colores resisten muy bien el paso del tiempo, los lavados y la luz del sol, mucho mejor que aquellos que se pintan o imprimen, ya que las telas se sumergen completamente en el tinte y pueden absorber las tonalidades.